sábado, 13 de marzo de 2021

Los recuerdos del porvenir de Elena Garro

Ixtepec ve, narra, siente a los personajes que viven sobre èl, a los que pasan, a los zapatistas que llegaron y se fueron, a Francisco Rosas, el general que ha convertido a este pueblo en un desierto lleno de los recuerdos de los que ahì vivìan; donde se mezclan los tiempos, donde este narrador sin manos, ni ojos, ni boca, los ve sucederse unos a otros y cuenta su historia. 

Los recuerdos del porvenir es una novela en la que se cuenta —con algunos recursos poèticos— el tiempo en que Ixtepec y sus habitantes vivieron sometidos a los designios del general Francisco Rosas, quien depende del amor de Julia, su querida. Es una novela ambientada en los años posteriores a la Revoluciòn mexicana en la que se trata el abuso del poder y la persecuci``on religiosa, pero tambièn es un relato sobre la bùsqueda de identidad, sobre la bùsqueda del sentido de la vida.

A lo largo de la novela asistimos a distintos momentos en donde los personajes buscan reconocerse y se sorprenden al hacerlo: la viuda que no recuerda còmo era su rostro cuando estaba casada; la joven que tiene miedo de saber còmo se ve dormida; los hermanos que se enfrentan con la sorpresa de encontrarse en este mundo y para repetir ese asombro hacen cosas extremas y arriesgadas. Diversas acciones, en fin, que desde mi lectura estàn encaminadas a darle sentido a la vida y a la muerte de los habitantes de un pueblo donde no hay futuro ni pasado, porque es un repositorio de la memoria y èsta “contiene todos los tiempos y su orden es imprevisible”.

 Seda de Alessandro Baricco, ilustrada por Rèbecca Dautremer

La primera vez que leì Seda lo hice con unas fotocopias que conseguì para una clase que cursaba en la licenciatura. En una tarde de viernes me leì toda la novela de principio hasta casi el fin. Casi el fin, porque para mi desgracia, a mi juego de fotocopias le faltaba la penùltima pàgina y aunque no querìa hacerlo, no pude aguantarme las ganas de leer el final, asì, incompleto. Despuès, cuando pude conseguir la pàgina que me faltaba pude volver a disfrutar de ese final. Pero incompleto o no, desde un principio yo ya estaba maravillada y totalmente enamorada de esa manera de escribir que tiene Baricco, de sus frases simples, de sus capìtulos cortos, de esa economía de palabras que utiliza para contar algo y de esa manera que tiene para crear imágenes poéticas con su narrativa. 

Hasta hoy no sè cuàntas veces he leìdo Seda. Tambièn perdì la cuenta de a cuàntas personas la he recomendado, entre ellos estàn mis propios alumnos que me escucharon hablar de Hervè Joncour como un viejo conocido. Seda no fue la primera novela escrita por Baricco, pero tal vez sea la màs famosa al punto en que en 2007 a alguien se le ocurriò hacer una pelìcula que me niego a ver, porque no me interesa destrozar la historia que Baricco tejiò en mi mente con puntadas tan invisibles, como “el fin del mundo”.

A algunos no nos gusta que las imàgenes que alguien màs creò en su mente irrumpan en nuestras propias representaciones mentales de la historia y de los personajes, por eso siento cierto resquemor al acercarme a un libro ilustrado de una novela que he disfrutado mucho. Esta ediciòn de Seda estuvo en mi librero por años esperando a que yo estuviera lista para disfrutarla y para leer el texto y la ilustraciòn y tener los sentidos abiertos para saber còmo se comunican ambos discursos. Y ha sido un grato encuentro, pues la sutileza de Dautremer se une a la sutileza de Baricco y aunque nos presenta los retratos de algunos de los personajes como ella los imaginò, la ediciòn està tan bien cuidada que no opaca con la fuerza de la imagen las escenas de la historia que sòlo se pueden degustar en las palabras de Baricco.

La historia, situada hacia mediados del siglo XIX, es simple. Hervè Joncour es un comerciante francès de gusanos de seda que vive en un pueblo cuya principal ocupaciòn es la hilanderìa de la seda: Lavilledieu. Cuando una epidemia ataca y destruye los gusanos en Europa, viajar a Japòn parece ser la ùnica manera de conseguir gusanos sanos. Y es a Hervè Joncour a quien comisionan para ello. Lo que este personaje descubre en sus viajes, el lector lo descubrirà a su vez, y si pone a disposiciòn de la lectura todos sus sentidos, seguramente disfrutarà del placer que puede darle este libro.

Muchos catalogan Seda como una historia de amor. Y sì, tiene amor, la historia. Un amor que a varios nos gustarìa vivir y que parece que sòlo podrìa existir en la ficciòn. Tambièn tiene pasiòn, y por ello no culpo a quien haya visto la oportunidad de convertirla en una pelìcula. Sin embargo, al hablar de amor y de pasiòn hay un disfrute que sòlo las palabras dan. Me atrevo a creer que Dautremer lo sabe y por eso se vale de distintos estilos que muestran, pero sobre todo sugieren, pues asì como el texto tiene su propio ritmo, la ilustraciòn tiene el suyo y se vale de diversos estilos: ademàs de los retratos de los personajes, hay dibujos a lìnea que parecen estarse haciendo en la cabeza de èstos; se vale del collage para representar los hechos històricos mencionados en el libro; usa la secuencia de imàgenes, a manera de un pequeño còmic para contar con humor las peripecias de los viajes de Joncour, algo que en el texto puede dejarse al olvido, pero en lo que Dautremer pone el ojo y lo recrea añadièndole un sabor distinto a esos largos trayectos del viajero.

Releer Seda siempre es un disfrute y un redescubrimiento de Baricco. Releer Seda en esta ediciòn ilustrada por Dautremer es abrir la ventana de un mundo ajeno y a todo lo que le provoca esta historia, sin abandonar el mundo propio que se construye al interior de nuestra mente cuando leemos esta novela.